Los dedales suelen estar fabricados en materiales rígidos, entre los que podemos encontrar diferentes tipos:
- Acero. Son los más comunes y básicos, ya que son los más resistentes y duraderos.
- Aluminio. no son tan eficientes, ya que si el tejido es muy duro (como la tela vaquera) y empleamos mucha fuerza al empujar, la aguja puede atravesar el dedal y acabaremos pinchándonos.
- Silicona, también llamados dedales anatómicos. Son el tipo más moderno y podemos encontrarlos con un montón de diseños. Lo mejor de este tipo de dedales es que se adaptan perfectamente a la forma y tamaño de nuestro dedo.
- Plástico. Son muy ligeros y económicos. Normalmente los solemos encontrar en los típicos kits de costura para el bolso. Más que nada, sirven para un apuro ya que su calidad no es que sea precisamente excepcional.
Más allá del material con el que están fabricado, podemos dedales de otros tipos como:
- Dedales de modista: son los de toda la vida, que más de una vez habrás encontrado en el costurero de tu madre o de tu abuela.
- Dedales de sastre: tienen una apertura en la parte superior, que sirve para poder tener sensibilidad y tacto con la tela que estás trabajando, sin prescindir de la destreza manual que te aporta esta herramienta.
- Dedal anatómico: se adaptan perfectamente al dedo y los hay de diferentes tallas.
- Dedal de acolchar, su nombre lo indica. Sirven para acolchar a mano.